domingo, 26 de enero de 2014

Cantabria

En mi Segunda entrada de este Blog os voy a hablar de un viaje que realizamos la pasada Primavera.

Antes de ir a Zamora a visitar a mi familia decidimos hacer una ruta de seis días por tierras Asturianas y Cántabras, yo había estado anteriormente con mi familia pero sólo dos días, así que esta vez pude hacer un poco de guía y disfrutar más de cada rincón.

Y que decir, una auténtica maravilla, son lugares preciosos que merece la pena visitar. En esta primera parte os explico los tres primeros días en la región de Cantabria.

Salimos de Barcelona hacía las 17h de la tarde, en dirección hacía nuestra primera parada: San Vicente de la Barquera. La verdad es que el viaje se nos hizo un poquito largo, (son unas 7 horas) y llegamos bastante tarde así que enseguida nos fuimos a descansar para estar a tope la mañana siguiente.

El alojamiento escogido esta vez fue El Páramo, unos bonitos apartamentos rurales situados en la parte más alta de San Vicente de la Barquera, con maravillosas vistas y regentados por una agradable mujer que no dudó en aconsejarnos sobre nuestro viaje.

Vistas de uno de los bloques de apartamentos y el sitio donde se sirve el desayuno.

El desayuno era servido por ella misma y la verdad que la relación calidad-precio era magnífica ya que es económico y los servicios que ofrece son muy buenos. A nosotros nos tocó una habitación muy amplia con vistas a uno de sus jardines, nada más levantarnos veíamos a las ovejas pastando en los campos de enfrente.


En esta foto podéis apreciar las vistas a San Vicente de la Barquera y el Pastor Alemán que vive en la Finca.

Por la mañana nos levantamos con un día lluvioso y nublado, bastante típico por esos lares. 
Después de desayunar fuimos a visitar Santander, situado a unos 43 km de San Vicente de la Barquera.

Al llegar paseamos por la zona de El Sardinero, una zona de lujo residencial que se caracteriza por sus esplendidas mansiones y casas con vistas a la Playa. 

También visitamos la playa y uno de los lugares que más ganas tenía de visitar El Palacio de la Magdalena, situado en una pequeña península, era una antigua casa de verano de los Reyes de España y también os sonará por ser el lugar de rodaje de la serie Gran Hotel, y yo, al ser una gran fan de la serie por unos minutos me sentí como Alicia, la protagonista entre sus jardines.


Vista exterior de la fachada principal.

Jardines y parte trasera del Palacio.

Y paseamos por sus jardines, desde donde se podía ver el Mar Cantábrico y el faro.






Después comimos en el centro de Santander, pero entre que el día no acompañaba y que la mayor parte de las calles estaban en obras estuvimos solamente un ratito y más tarde nos dirigimos a nuestro próximo destino: Santillana del Mar.

Este pequeño pueblo es muy conocido en Cantabria por ser una de esas paradas obligatorias en cualquier ruta, vive bastante del turismo, aunque en sus calles se conserva ese ambiente medieval y rústico que le caracteriza. No dudéis en visitarlo.


Al ser en el mes de Abril se podía caminar por sus calles con tranquilidad (si vas en verano suele estar lleno de gente) así que, pudimos disfrutar todo lo que quisimos de sus calles.

Sergi me convenció para visitar el Museo de la Tortura, y la verdad que impresiona mucho. Está lleno de objetos y máquinas que utilizaban en la época de la Inquisición.


Foto en la entrada del Museo, la entrada vale unos 3€ y la visita es bastante recomendable si tenéis tiempo libre.


Exteriores del Museo de la tortura.

Por la calle principal de Santillana del Mar.

Fachada de la Iglesia del pueblo.






Campos cercanos a Santillana, entre ovejas y caballos. Naturaleza y aire puro.

El segundo día lo dedicamos a visitar el pueblo de Busta (seguro que muchos de vosotros lo habéis pensado jeje) San Vicente de la Barquera, dónde estábamos hospedados.

La verdad que es un pueblo tranquilo, en Verano debe de tener bastante vida, pero en los días que nosotros estábamos ahí prácticamente todo estaba cerrado, además la marea estaba bastante baja y las aguas estaban estancadas.

A pesar de ello, no deja de ser un pueblo pintoresco con gente muy amable orgullosos de ser Cántabros y de su compatriota Bustamante.





Parte de las Murallas del Castillo de San Vicente, situado en el casco antiguo del Pueblo.







En un pueblo pescador hasta los perros van en Barca.

Hasta aquí nuestros días en Cantabria y la entrada del Blog, la siguiente será la segunda parte del viaje.

Espero que os haya gustado :)

Besos,






lunes, 20 de enero de 2014

El Ripollès y Vall de Núria

Para inaugurar el Blog, os quiero explicar una escapada de fin de semana que hicimos hace alrededor de dos años. De hecho, es bastante especial porque fue de los primeras que hicimos juntos cuando nos conocimos :) .

Siendo de Barcelona, ¿os podéis creer que nunca había estado en la Vall de Núria? Lo típico de que te encanta recorrer lugares y los que tienes más cerca a veces ni los visitas, así que encontramos el destino ideal para pasar el fin de semana.

Día 1, viaje a Molló

Nos fuimos hasta el pueblo de Molló, situado en la comarca del Ripollès, y nos hospedamos durante 2 noches en el Hotel Calitxo. Os puedo decir que soy de esas personas que planea mucho los viajes y escapadas y casi siempre reservo con Booking, no sin mirar antes muchas opiniones...

Y este Hotel, es de los mejores que he estado. Un hotel rural gestionado por una familia donde cada detalle cuenta. Si queréis perderos un fin de semana, os lo recomiendo totalmente.




Molló por otra parte, es un pueblo muy pequeñito pero rústico,  situado cerca de Francia y perdido entre prados y campos, así que tiene su encanto.

El primer día llegamos en la noche, así que nada más llegar cenamos en el Bar del pueblo y nos fuimos a descansar.

Día 2, Tierras francesas y Spa: 

Al día siguiente lo primero que hicimos fue coger el coche e irnos a investigar nuevos lugares. Así que nos dirigimos por la carretera en dirección Francia.



Y llegamos al primer pueblo de Francia, Prats-de-Mollo-la-Preste. Un pueblo de unos 1.000 habitantes donde aún se conserva la antigua muralla y con pequeñas calles encantadoras. El rio que pasa por este pueblo se llama Le Tech.





Mas tarde, nos dirigimos al pueblo de Llanars, a 5 minutos de Camprodón, de camino, nos hicimos fotos por los extensos campos y bonitos paisajes de la región. 


Nada más llegar a Llanars comimos en el Restaurante Pizzeria Esther, un sitio encantador donde literalmente comimos las mejores patatas bravas que hemos probado nunca.


Más tarde, como teníamos un Pack de la Vida es Bella reservamos una sesión de Spa en el Hotel Grèvol.
Así que ahí nos pasamos toda la tarde y ¡salimos como nuevos!.



Día 3, Vall de Núria y vuelta a casa: 

El último día, ya preparamos nuestras maletas pero también la cámara de fotos ya que La Vall de Núria nos esperaba. 
De camino, paramos en el conocido puente de Camprodón, sin duda es la postal del pueblo. Es un puente románico construido en el siglo XXII por el cual pasa el río Ter.


Llegamos a la Vall de Núria al mediodía, bastante tarde la verdad porque como soy un poco despistada se me olvidó mi DNI en el hotel y tuvimos que volver...

Así que cuando cogimos el funicular eran más de las 3 de la tarde. Tip: Si no recuerdo mal nos costó unos 16 € ida y vuelta.



Llegamos a la Vall bastante tarde cuando el Sol prácticamente se había escondido, pero aún así disfrutamos de su paisaje, su lago, los alrededores y de la nieve que quedaba. Un sitio muy bonito, la próxima vez me apunto hacer algunas de las rutas recomendadas de los alrededores.




Como podéis ver hacía un frio increíble y más cuando no daba el sol... el lago estaba congelado.


Y tras un café calentito carretera y manta, nos volvimos a casa dejando atrás una escapada cerquita de casa y con muy buen sabor de boca.

¡Espero que os haya gustado! :)